De West Point a Los Ángeles

Chicho Valentino con el sobre

En el regazo del monstruo alado ella deja pasar el tiempo para construir un discurso narrativo naíf

A veces te nutres de recuerdos mortales y descubres que puedes vivir con los ojos abiertos y los miedos dormidos. Busco cuerdas que calmen esta nostalgia de caricias, un armazón musical que resuene ecos de ella como única misión posible para consagrar un ritual de piernas en una mirada subyacente. Por debajo de esta apariencia hosca, mi sonrisa enmascara este rictus perpetuo de ruina en un mundo de color y maquillaje. No termina la ficción y comienza la realidad como parte de la misma historia. Ella es un argumento inagotable y autosuficiente de la irresistible telenovela de esta variable invención. Un laboratorio de semiología aplicada que actúa sobre el sinsentido de la vida en un movimiento que renace en el amor.

La experiencia Americana en la academia militar de West Point con Ray Mabus es la alegría de un «campus» lleno de uniformes teñidos de verdor. Una desnudez sobre la gran alfombra de hojarasca que no remueve indiferente el viento. ¿De que sirve madrugar si no sueñas con vivir?

Picea Chicho Valentino Bandera Chicho Valentino

A veces no soy el regalo de una mirada complaciente sincera. Es tiempo de dejar atrás ese paradigma de desierto donde el pensamiento fiscaliza esta presencia mental de ella.  Ahora llueve y mi mirada va de espaldas, olvidando el eje del horizonte, cerrando costuras del alma y abandonando este cuerpo empapado de ella. Se me van los días en ganar la vida.

En el trayecto de San Francisco a Los Ángeles sueño en REM, y la veo esplendorosa corriendo por las aguas de un océano cálido. ¿Seré capaz de descubrir la teoría del todo o ese conjunto de simples ecuaciones que expliquen el fenómeno de la existencia de un amor mudo?. Aquí, ella es la orilla Sur de mi Norte. Somos río, tierra y América.

Te amo Lady Laura.

Escrito en la sala British Airways Oneworld Business Lounge por Chicho Valentino el día que John Kerry preside la ceremonia de izado de bandera en la embajada de EE UU en La Habana

Memorias entre pitos y copas

Cayetana Fitz-James Stuart y Chicho Valentino de Ringholm Lezcano en un retrato inédito de José Vela Zanetti. San Sebastian 1997
Cayetana Fitz-James Stuart y Chicho Valentino de Ringholm Lezcano en un retrato inédito de José Vela Zanetti.
San Sebastian 1997

En 1993 viajaba con la duquesa en el Lusitania camino de hierro a Lisboa. En aquel entonces el maestro Vela Zanetti iba a Portugal a un encuentro de muralistas de México y República Dominicana. Tuve la oportunidad de presentarlos llegando a Valencia de Alcántara, y de aquel encuentro surgió años más tarde esta maravillosa obra.

Con ella siempre pensé que amar era un sentimiento muy fácil de manifestar.  Entregándonos a ese hermoso sentimiento, fue la dirección correcta del respeto donde todo fueron miradas cómplices y risas. Nuestro amor nunca dolió en las noches solitarias y frías o en fechas especiales. Siempre supe que nunca sería suya, porque ella estaba entregada al viento.

_Cayetana: Chicho, Picasso me ofreció en mi juventud posar desnuda para su pincel. Le dije no. Pero este Vela Zanetti es de esos castellanos silenciosos a los que lees «Poemas del Alma» de José María Pemán y no se inmutan. Retratémonos.

Escrito en la Sala URH Stefan Koelsch Madrid, mayo 2015, el día en que hubo monumental pitada al himno de España en el Camp Nou y la ley de Messi dio al Barcelona su 27ª Copa del Rey tras derrotar al Athletic.

La tienda del gatito

puig

Saludar a Juanito es ponerlo en el lugar adecuado de la memoria de mi niño. Es hacer un viaje a ultramar, dónde las viandas eran lo más especial en un día de compra. La mano de Juanito se hacia pequeña y grande alcanzando toda clase de productos novedosos a los ojos y ricos al paladar.

Saludar a Juanito es volver a ver a mi madre esplendorosa señora terremoto. Es volver al juego y la sonrisa de mi hermano. Es recordar el paseo a pie o en autobús azul y encontrarme en la puerta con el gatito haciendo guardia a la espera de mi.

Saludar a Juanito es sacar una moneda inventada de oro y comprar colonia de Myrurgia para la familia. Es traer el perfume impregnado de dinero de mi padre al llegar la primavera.

Ext/Dia

En una calle del pueblo después de 39 años. Chicho se encuentra con Juanito.

_Hola Juanito. ¿Qué fue del gatito?

_ Está en el cielo esperándome. Pero me resisto

_Qué pase un día maravilloso Juanito

_Y que tu lo veas, allí arriba, majo

Saludar a Juanito es el respeto por los mayores. El agradecimiento a la vida por darme la oportunidad de escuchar una cumbia entre las hojas de los árboles y saludar a Juanito este venidero día de septiembre, aquí, en el pueblo. Entre la city, la dehesa y el cielo.